Jabbar, Magic, Bird, Jordan, Bryant, O'Neal, James o Durant son ejemplos de talentos descubiertos casi en pediatría. Todos pasaron su adviento correspondiente, una espera jubilosa y vigilante a la expectativa de que se confirmara la profecía. A Curry, sin embargo, nadie le hizo vigilia, ni lo señalaron como el esperado redentor. Manifestó toda su grandiosidad en silencio y sin apenas sospechas.