¡Dejad de lado al fútbol! Al menos durante un tiempo. La felicidad está en el básket. El baloncesto es el mejor juego del mundo. Es rápido, complejo, profundo, crudo, sofisticado, físico y duro. Es competitivo como el que más. El baloncesto tiene infinitas capas y significados icónicos. Uno puede ser un simple aficionado, emocional y ruidoso. Dejarse la garganta desde la grada como si le fuera la vida en ello. Uno puede analizar el baloncesto de manera técnica o desde el punto de vista sociológico. El baloncesto se puede estetizar y se puede leer como el libro más bello entre todos los libros. El baloncesto se puede desmenuzar, recontar y volver a armarse de nuevo.