La principal ventaja que tiene imprimir en 3D, al menos en cuanto a deporte se refiere, es la personalización. Con esta técnica, las grandes marcas pueden crear prendas diseñadas para aumentar el rendimiento de cada atleta, dependiendo de las necesidades específicas de cada uno de ellos. En los Juegos Olímpicos del pasado año en Río de Janeiro, por ejemplo, fueron muy comentadas las zapatillas que Michael Phelps llevaba y que fueron fabricadas con esta tecnología. Y eso que lo suyo era el agua. Ahora es la firma deportiva Peak quien está en boca de todos por este motivo.
La multinacional china, nacida en 1989, apuesta por la innovación y acaba de lanzar al mercado el primer calzado de baloncesto del mundo impreso en 3D. Unas zapatillas creadas para la práctica profesional de este deporte y que tienen al jugador de la NBA, Dwight Howard, como principal embajador.