El baloncesto no está enfocado a hacer el trabajo principal por el que se ha creado. El baloncesto se ha olvidado de lo importante. El baloncesto tiene que volver a su esencia porque la ha perdido. Os cuento.
Si sólo uno de cada 16.000 deportistas consigue vivir de su deporte, el deporte en general debería estar enfocado a los 15.999 que no van a vivir de él. El deporte en general, y el baloncesto en partícular, debería ofrecer cosas para aquellos que no van a ser profesionales.